¿A qué se le conoce como “calibrar un espresso”?
Se le conoce como “calibrar un espresso” a aquel proceso de ajustar y optimizar los parámetros de preparación que garantizan que cada taza de espresso pueda extraerse de forma consistente y con un sabor óptimo.
Hay algunos parámetros que se deben tener en cuenta al momento de calibrar un espresso. Algunos de estos son: la molienda del café, la cantidad de café en el portafiltro, la presión al momento de la extracción, el tiempo de extracción y la temperatura del agua.
Lo que se busca con la calibración es lograr una extracción equilibrada que pueda resaltar los sabores y aromas deseados, donde se evitan a su vez problemas como la sobreextracción o subextracción (términos referidos a cuando el café se extrae demasiado y resulta amargo o cuando se extrae poco y resulta aguado).

Proceso de calibración
El proceso de calibración puede variar según el tipo de máquina espresso que se maneje y el tipo de café que se utilice; sin embargo, hay algunos pasos que suelen ser comunes a la hora de pensar en una calibración. Veamos:
Ajustar el molino: la molienda del café influye en la velocidad de la extracción. Con una molienda fina, es posible que se aumente la resistencia y se ralentice la extracción, pero con una molienda muy gruesa se acelera la extracción.
La idea de ajustar el molino es encontrar una molienda adecuada que permita una extracción equilibrada en un tiempo óptimo.
¿Cuánto café?: la cantidad de café que se coloca en el portafiltro afecta directamente el flujo del agua que pasa a través del café durante la extracción. Si el portafiltro está muy lleno puede obstruirse el flujo, y si está muy vacío puede ofrecer una extracción rápida y aguada.
Una buena distribución: el café que ingresa al portafiltro debe ser nivelado y distribuido de forma uniforme para que de este mismo modo se de la extracción.
Un nivelado incorrecto puede llevar a una extracción desigual.
Tampado: es necesario tampar el café en el portafiltro usando solo la presión necesaria para no afectar la resistencia al flujo de agua.
Controlar presión y tiempo: ajustar la presión y tiempo de extracción permite que el barista alcance el equilibrio que desea entre los compuestos solubles y no solubles del café.
La importancia del control en presión y tiempo radica en que en este paso pueden realzarse los sabores y aromas, dejando de lado amarguras no deseadas.
Realizar pruebas y ajustar: después de realizar una extracción, es importante probar el espresso resultante para hacer una evaluación de su sabor, aroma y textura.
Si es necesario, se realizan ajustes en los parámetros y procedimientos realizados hasta que se logre la calidad deseada.
El proceso de calibración es una habilidad fundamental que deberían tener todos los baristas y profesionales del café, ya que este paso permite ofrecer una experiencia de sabor constante a los clientes frente al producto y su calidad.
Calibrar espresso requiere atención a los detalles, capacidad de adaptación y sobre todo muchísima práctica. Por fortuna, es algo que se debería hacer todos los días en un establecimiento, ya que es una práctica esencial en la industria del café y en la elaboración de bebidas espresso de alta calidad.
Importancia de calibrar espresso todos los días

Calibrar de forma diaria garantiza que cada taza de espresso que se realice, sea preparado acercándose a los mismos perfile, garantizando un sabor constante y otorgando mérito al producto.
Veamos algunas de las razones más importantes para calibrar el espresso a diario:
Obtener un sabor más consistente: calibrar todos los días acerca al barista a manejar un producto con el mismo sabor y perfil todos los días, lo que permite establecer una confianza de parte de los clientes con el establecimiento, pues tendrán la certeza de una experiencia sensorial constante al momento de su orden.
Extraer de forma óptima: si se calibra todos los días y se mantienen los parámetros de extracción como molienda del café, cantidad de café en portafiltro, presión y tiempo de extracción, es posible alcanzar una extracción con sabores deseados y evitar la sobrextracción o subextracción del café.
Desarrollar más habilidades: calibrar espresso todos los días fomenta en el barista un gran desarrollo de habilidades, pues a través de esta observación constante y el ajuste de los parámetros, comienza a perfeccionar la técnica comprendiendo cómo influyen los ajustes en el sabor final.
Potenciar la imagen del establecimiento: la calidad del espresso se vuelve un factor muy importante dentro de un establecimiento de café. Si los clientes saben que pueden confiar en el sabor consistente del producto, es más posible que vuelvan y lleven gente con ellos.
Usar los ingredientes de forma eficiente: al calibrar todos los días se ayuda a evitar el desperdicio de café, pues no se botan lotes de café mal preparados debido a problemas de extracción.
Ofrecer satisfacción al cliente: Un espresso bien preparado hará la diferencia en los amantes del café, pues notarán de forma inmediata la calidad y el esmero que se pone en cada taza y es posible que de esta manera se alcance la fidelización de muchos clientes.
Estar preparado para los cambios: pueden cambiar las condiciones ambientales y los ingredientes, pero al saber realizar los ajustes en el procedimiento para ver resultado en taza, se puede mantener una calidad constante en el producto final
Es así como la calibración diaria del espresso es esencial para garantizar que cada taza sea una experiencia sensorial para el cliente y que de la mano de un barista habilidoso se le pueda garantizar la calidad en cada una de lass preparaciones.
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